La ‘start up’ guipuzcoana Dnak Cycling ha desarrollado el primer prototipo de bicicleta de entrenamiento que combina balanceo lateral y frontal para ofrecer una experiencia más realista. Es uno de los proyectos impulsados por Sportek Hub.

Euskadi es una de las cinco regiones con más ciclistas federados de España, pero también una de las que registra más días de lluvia cada año. La climatología es uno de los pocos obstáculos que frenan el desarrollo del ciclismo en esta y otras zonas que cuentan con abundantes rutas ciclistas, desde puertos de montaña, recorridos interurbanos y otras zonas verdes en todo el país. No poder entrenar al aire libre en días puntuales, sin embargo, puede convertirse en una barrera cada vez menos relevante para los ciclistas gracias a las nuevas tecnologías que empiezan a irrumpir en la industria de la bicicleta.
Replicar con la mayor fiabilidad posible la experiencia que vive un ciclista en una carretera es un objetivo que persigue Dnak Cycling, start up fundada en Eibar que ha desarrollado un simulador inmersivo que busca revolucionar el ciclismo indoor. Es el primero que ofrece de forma combinada movimientos laterales y longitudinales que buscan simular con exactitud las condiciones que se viven al pedalear al aire libre. Unas prestaciones con las que se pretende elevar el realismo durante el entrenamiento. A diferencia de otros rodillos de entrenamiento, no tiene ruedas, pero sí un sistema que permite al usuario inclinarse en unos 15 grados de lado a lado.
Este aspecto no es baladí, pues es la principal diferencia con el resto de rodillos de entrenamiento de ciclismo indoor del mercado. “Los simuladores tradicionales me parecían muy estáticos, les faltaba la libertad de movimiento que uno tiene al andar con una bicicleta por la calle. Hemos intentado asemejarnos a esta sensación creando un producto muy dinámico que permite un balanceo y una postura que se asemeja más a la que realiza habitualmente un ciclista”, explica Aitor Díaz, uno de los impulsores de Dnak Cycling.
Dnak Cycling forma parte del Sportek Hub, hub de tecnología deportiva gestionado por BIC Gipuzkoa
Más allá de la experiencia que ofrece, más inmersiva que otros modelos, otro de sus puntos fuertes es el hecho de ofrecer entrenamientos más seguros, pues se minimiza la carga física y se reduce el riesgo de lesiones. “En un rodillo tradicional, sobre todo cuando se corre en potencias altas, el esfuerzo para cambiar la postura es importante. Al generar movimiento en ambos sentidos, nuestro simulador absorbe parte del esfuerzo que realiza el ciclista, algo que en la calle realiza la propia inercia de la bicicleta, lo que permite al ciclista aguantar más tiempo”, comenta.
Díaz empezó a trabajar en esta idea en 2021, y dos años después presentó un prototipo en el congreso Science & Cycling del Tour de Francia. En este encuentro, que reúne cada año a investigadores, científicos y profesionales de la industria ciclista, Dnak Cycling obtuvo la reafirmación que necesitaba para continuar adelante con su desarrollo. “El feedback que nos dieron fue un punto de inflexión. Los biomecánicos reconocieron que tenían la sensación de que el ciclista flotaba y que era un simulador muy parecido a una bicicleta, algo que les podría ayudar para ver mejor cómo pedalean los ciclistas de una forma más realista”, añade su ideólogo.
Tras varios años de desarrollo y ajuste de prototipos, dio con uno que actualmente está en fase de obtención de la patente para Europa y Estados Unidos, mientras registra las últimas pruebas mecánicas para implementar posibles mejoras. El siguiente paso será obtener la certificación CE, paso previo a su lanzamiento al mercado, previsto para finales de este año. Para entonces, la compañía prevé poder sacar también un software propio que acompañará a los usuarios en sus entrenamientos a través de una pantalla. Su tecnología también se podrá integrar en más de una decena de plataformas digitales externas de monitorización de datos de marcas como Strava, Garmin, BKool, FulGaz o Wahoo RGT, entre otras.